El A-10 Thunderbolt, eterno: un pilar de la capacidad de apoyo aéreo cercano en la flota de la Fuerza Aérea durante décadas. A pesar de su edad, el A-10 Warthog, cariñosamente conocido por el personal militar, parece que no abandonará el servicio en un futuro cercano.
De hecho, al hablar sobre el futuro de la flota de cazas de la Fuerza Aérea, el general Charles “CQ” Brown describió un deseo de que la Fuerza Aérea se traslade a lo que se ha descrito como un sistema “cuatro más uno”. Esto vería a la Fuerza Aérea continuar operando una combinación de F-35, F-16, F-15EX y la aeronave que resultará del Programa de Dominio Aéreo de Próxima Generación de la Fuerza Aérea (NGAD), mientras que el A-10 operaría como la aeronave “más uno”.
El A-10 ha demostrado ser muy capaz en un papel de apoyo terrestre desde su introducción en la década de 1970 y ha visto acción en combate en la guerra del Golfo y la Operación Fuerza Aliada en Kosovo, así como en la Operación Libertad Duradera y la Operación Libertad Iraquí, entre otras.
La eficacia del A-10 como plataforma de apoyo aéreo cercano es bien conocida por el personal de las fuerzas terrestres de EE.UU., quienes en muchas ocasiones han sido beneficiarios de las pasadas de ataque realizadas por el A-10 utilizando su icónico cañón Gatling Avenger de 30 milímetros.
Ese cañón y su distintivo sonido es en sí mismo un arma impresionante. El Avenger es un cañón Gatling de siete cañones impulsado hidráulicamente, capaz de disparar 3,900 balas por minuto mientras aún demuestra un alto grado de precisión.
Otras especificaciones del A-10 diseñadas específicamente con el Avenger en mente incluyen las aletas incorporadas en el ala que ayudan a prevenir pérdidas durante las pasadas de ataque y que ayudan a desviar los gases del cañón por debajo de las alas para evitar daños al motor.
