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Glacier Girl: El P-38 Lightning Congelado en el Tiempo por 50 Años

En plena Segunda Guerra Mundial, un día brumoso del 15 de julio de 1942, un conjunto de cazas y bombarderos se dirigieron a las Islas Británicas durante la Operación Bolero. Debido al severo clima y la disminución de la visibilidad, los aviones no pudieron completar su trayecto.

La única opción fue un aterrizaje de emergencia en la peligrosa capa de hielo de Groenlandia. Todos los miembros de la tripulación fueron evacuados con seguridad, pero la formidable Glacier Girl, junto con su escuadrón de cinco cazas P-38 y dos bombarderos B-17, sufrió un destino helado. Durante los siguientes 50 años, desaparecieron bajo una impresionante capa de 268 pies de nieve y hielo acumulados.

Avanzamos medio siglo hasta 1992, cuando una combinación de pasión y persistencia llevó a la Sociedad de Expedición de Groenlandia a emprender una misión que muchos consideraban imposible.



Después de una extensa búsqueda y excavación, encontraron a la poderosa Glacier Girl atrapada bajo una fortaleza congelada. Extraerla de ese abrazo helado no fue tarea fácil. Con una dedicación inquebrantable, el equipo logró llevar el avión a la superficie, capturando los corazones e imaginación de entusiastas de la aviación en todo el mundo.

Durante medio siglo, permaneció inactiva, una centinela silenciosa atrapada en una prisión fría, hasta 1992. Después de incansables esfuerzos para localizarla y a su escuadrón perdido, un equipo dedicado logró desenterrar este tesoro oculto. Con el máximo cuidado, Glacier Girl fue transportada a Kentucky. Aquí comenzó su segunda vida.

Al restaurarla, el equipo encontró un relicario cristalizado del pasado: el refrigerante original del motor del avión. Reconociendo la importancia de un cuidado óptimo para tal maravilla vintage, el equipo optó por una solución moderna. Eligieron el refrigerante sin agua Evans para alimentar los motores gemelos de Glacier Girl.



Conocido por sus propiedades anticorrosivas y su resistencia sin igual a la electrólisis, este refrigerante innovador aseguró que el avión de combate pudiera surcar los cielos una vez más, sin la amenaza de los problemas que plagan el anticongelante tradicional. En octubre de 2002, con sus motores zumbando una melodía triunfante, Glacier Girl volvió a volar.

El viaje a través del Atlántico en 2007 marcó otro capítulo en la saga de Glacier Girl. Con la intención de completar el viaje que comenzó 65 años antes, el avión partió desde el Aeropuerto de Teterboro, Nueva Jersey, hacia Duxford, Inglaterra.

Sin embargo, la ambición del avión fue puesta a prueba una vez más cuando una fuga de refrigerante obligó a un aterrizaje inesperado en Goose Bay, Labrador. Después de meticulosas reparaciones, incluyendo la instalación de dos motores Allison recién fabricados, Glacier Girl volvió a los cielos, regresando finalmente a los EE.UU. para deslumbrar a las multitudes en varios shows aéreos.



La leyenda de Glacier Girl despertó un renovado interés en los otros aviones perdidos. En 2016, inspirados por su resurgimiento, se lanzó una nueva expedición. ¿Su objetivo? Extraer otro P-38, llamado Echo, de las garras congeladas de Groenlandia.

Dirigidos por Ken McBride y Jim Salazar, este ambicioso grupo enfrentó innumerables desafíos, ya que el glaciar en movimiento amenazaba con engullir los aviones restantes. Sin embargo, en julio de 2018, se anunció que habían encontrado a Echo, pilotado por el teniente Robert Wilson. Se planificó una excavación subsiguiente para 2019, un recordatorio conmovedor de que el pasado, por más profundo que esté enterrado, siempre encuentra una manera de resurgir.