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El Hughes XF-11: El avión que casi le cuesta la vida a su diseñador

El Hughes XF-11 fue un prototipo de avión de reconocimiento destinado a ser operado por las Fuerzas Aéreas del Ejército de los EE. UU. (USAAF). Fue diseñado parcialmente por Howard Hughes, y su empresa construyó solo dos unidades. En 1943, la USAAF ordenó 100, pero el programa se retrasó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

Crédito de la foto: Keystone-France / Gamma-Rapho / Getty Images

El primer XF-11 despegó en 1946, con el propio Hughes en la cabina. Este vuelo terminó en un accidente en llamas, del cual Hughes logró sobrevivir milagrosamente. Más tarde, realizó otra prueba con el segundo prototipo. Finalmente, el programa fue cancelado, algo que no sorprendió, ya que la Hughes Aircraft Company estaba siendo investigada por el Senado de los EE. UU.

Desarrollo del Hughes XF-11



Howard Hughes en la cabina de un prototipo Hughes XF-11, 1947. (Foto: Keystone-France / Getty Images)

El XF-11 fue diseñado como un avión de reconocimiento fotográfico de alta velocidad, largo alcance y gran altitud. Se basó en un proyecto privado anterior de Howard Hughes, el cazabombardero D-2. Este último fue considerado inadecuado para el servicio con la USAAF, ya que no podía llevar el equipo requerido y no cumplía con las características tanto de un caza como de un bombardero.

Hughes, buscando un contrato militar, le dijo a la USAAF que el D-2 podría convertirse en un avión de reconocimiento. Para persuadir al servicio, gastó millones en contratar ingenieros y personal que pudieran ayudar a concretar esto. También habló con el Secretario de Comercio Jesse Holman Jones, un amigo de su padre, quien discutió el proyecto con el presidente Franklin D. Roosevelt.



En 1943, el coronel Elliott Roosevelt visitó varios fabricantes para conocer sus diseños de aviones de reconocimiento. Uno de ellos fue Hughes Aircraft Company. El 11 de agosto, llegó a las instalaciones de la compañía y vio el prototipo D-2. John Meyer, agente de relaciones públicas de Hughes, se esforzó por darle a Roosevelt una buena impresión, llevándolo a fiestas en Nueva York y salidas nocturnas a los mejores clubes de Manhattan, todo pagado por Meyer.

Cuando Roosevelt informó al general Henry Arnold, jefe de la USAAF, recomendó la propuesta de Hughes. Se realizó un pedido de 100 unidades, con la primera entrega prevista para 1944. Esto iba en contra de la opinión del Comando de Material de la USAAF, que creía que Hughes Aircraft Company no tenía un historial confiable.



Arnold lamentaría más tarde esta decisión, diciendo que la tomó “a pesar de mi mejor juicio y del consejo de mi equipo”.

Howard Hughes lucha contra los requisitos de las Fuerzas Aéreas del Ejército de los EE. UU.

Hughes XF-11. (Foto: METOPower / Wikimedia Commons CC BY-SA 4.0)

Desde el principio, el XF-11 tuvo problemas. El primero tenía más que ver con el ego de Hughes que con el avión en sí. Se otorgó un contrato de $43 millones, al cual Hughes objetó, creyendo que debería haber recibido entre $3.6 y $3.9 millones adicionales por desarrollar el D-2. También se opuso a los requisitos de la USAAF, como un diseño completamente metálico y tanques de combustible auto sellantes.

Hughes también luchó contra la Junta de Producción de Guerra, que quería que construyera una nueva planta ensambladora cerca de la Hughes Tool Company en Houston, Texas, en lugar de en el sur de California. A pesar de todas sus objeciones, a Hughes solo se le reembolsó $1.6 millones. Aceptó los cambios de diseño y pudo construir el avión en su planta ensambladora en Culver City, California.



Esta etapa, llena de disputas menores, duró 10 meses, con un contrato final otorgado el 1 de agosto de 1944. La construcción del XF-11 rápidamente quedó atrás en el calendario, y la USAAF amenazó con cancelar el proyecto. En un intento por solucionar estos problemas, Hughes contrató a Charles Perrell, el ex vicepresidente de producción de Consolidated Vultee.

Perrell encontró a Hughes en un estado lamentable. Recordó ver una “falta total de experiencia en el diseño y construcción de aviones en general”. Trabajó intensamente para transformar Hughes Aircraft Company en una maquinaria de fabricación adecuada. Sin embargo, hubo varios contratiempos, incluida la renuncia de 21 ingenieros en mayo de 1944.

En mayo de 1945, la USAAF cambió el pedido de 100 a tres prototipos, ya que las hostilidades en el Teatro Europeo habían terminado. El proyecto dejó de ser una prioridad, a pesar de que Perrell solucionó muchos de los problemas de la empresa. En ese momento, Hughes regresó y comenzó a interferir, lo que llevó a su despido de Perrell en septiembre de 1945.



Después de dos años de desarrollo, el Hughes XF-11 estaba listo para volar. Pero un fallo de diseño provocaría un accidente casi fatal.

Un vuelo que casi termina en tragedia

El Hughes XF-11 se estrella en Beverly Hills en 1946. (Foto: Ralph Crane / LIFE / Getty Images)

El 7 de julio de 1946, Hughes llevó el XF-11 a su vuelo inaugural. Durante el vuelo, el avión comenzó a fallar. Una fuga de aceite provocó que la parte trasera del ala derecha se incendiara, lo que llevó a Hughes a intentar un aterrizaje de emergencia en el campo de golf Los Angeles Country Club. Sin embargo, no logró llegar, y en cambio, se estrelló contra una casa en North Whittier Drive en Beverly Hills.

El XF-11 quedó destruido y Hughes resultó gravemente herido. Sufría quemaduras de tercer grado, fracturas múltiples y otros daños. Aunque estuvo en el hospital durante varios meses, logró recuperarse. Esta experiencia casi fatal fue representada en la película “El aviador” de 2004, protagonizada por Leonardo DiCaprio como Howard Hughes.



La USAAF canceló el contrato del XF-11 en 1947. Se construyó un segundo prototipo, que Hughes voló en abril de 1947 sin problemas. El XF-11 fue el último avión de Hughes Aircraft Company que voló. A pesar de los problemas con el diseño y la entrega del XF-11, Howard Hughes había mostrado la capacidad de la empresa para producir un avión avanzado.

Conclusión

El Hughes XF-11 es un ejemplo de lo que puede suceder cuando el ego y la ambición se interponen en el camino de la ingeniería y el buen juicio. Aunque el avión tenía un diseño impresionante y características avanzadas para su época, la interferencia constante de Hughes y su falta de experiencia en la producción de aviones militares llevaron al fracaso del proyecto.

Además, el accidente del XF-11 es un recordatorio sombrío de los riesgos inherentes a la aviación y la importancia de seguir las mejores prácticas y procedimientos de seguridad en todo momento.



Fuente: War History Online